AÚN LA RECUERDO primera obra cinematográfica.
Nace de la necesidad de probarnos en el mundo cinematográfico y de un concurso de cortometrajes llamado Cinexcusa.
Como todos los días en Rockstar, Santiago y Diego discutían sobre temas de la vida y de la cotidianidad de trabajar haciendo lo que en realidad les apasiona. Cuando salta un tema por parte de Diego, contando sobre una de las historias que por algún momento se pasaron por su mente.
Los actores
El desglose de la idea que se tenía en guion literario, guion técnico y Story board, tomó 2 días en completarse. Durante esos mismos dos días hablamos con nuestra mano derecha al ahora de la realización audiovisual Jaider Cañas. Le contamos sobre la idea y que habíamos pensado en que él fuese nuestro protagonista, y sin más, acepto la invitación.
A la hora de escoger el antagonista, se tomó a un vecino de la cuadra que se dedica a cuidar los carros parqueados en la calle. Se le contó a idea y se le dijo que tendría un pequeño reconocimiento por las horas que pasaría con nosotros grabando las escenas y así fue como ya se contaba con más de la mitad del elenco.
Nuestra actriz principal fue sugerida por el mismo Jaider Cañas quien le habló de lo sencillo que sería lograr esas tomas y fue suficiente para tenerlos a todos dispuestos.
Vamos a Regatear
Conseguir el vestuario y la utilería fue tarea de un día de caminata por el centro de Pereira, visitando tiendas de suministros médicos, almacenes de baratijas, ferreterías y papelerías. Darse la vuelta en el centro fue necesario gracias que contábamos con un presupuesto pactado para hacer lo que mejor que pudiéramos con un numero muy reducido de dinero; $200.000 fue el valor invertido por parte del equipo de ROCKSTAR FILMS para este proyecto.
Noche de ensayo
Fue como se bautizó el día en que los esfuerzos fueron menos recompensados, Jaider socializó la idea con un grupo de estudiantes del SENA de Colombia y logro cautivar a un par de estos para que ayudaran en la producción los dos días de rodaje: Juan David y Joahn Ayala. Aquella noche con 4 horas de ensayo caminando a lo largo de la calle 66, cargando un SteadyCam alquilado, un Flex y una Luz Led de 150 bombillos. Todos se veían agotados al no poder dar en el clavo con la calidad y el estilo de la escena. Así que se tomó la decisión de dar por terminada la sesión y seguir al otro día…
«¡Esperen, esperen yo me cambio la camisa!»
Este día de rodaje con sus tropiezos y apuros, cada vez nos daba más energía. El poder ver las tomas que estaban en la cámara junto al CREW, mientras esperábamos a Luis, nos hacía pensar en el resultado final como un objeto tangible, un producto nuestro, del cual podríamos hablar y presumir a nuestros amigos y familiares. Entre todo este romanticismo y desespero por ver que Luis no aparecía, todos empezábamos a mirarnos con cara de preocupación y de no saber que hacer, hasta que en la esquina se escucha alguien silbar… Era Luis, que llegaba diciendo,”Esperen, esperen yo me cambio la camisa.”
Todo el mundo sintió el descanso al verlo llegar con toda la actitud, y empezamos a rodar…
Solo bastaron 3 tomas para lograr la más compleja de todas las escenas del cortometraje. El momento en que Luis llega a la casa y asesina a nuestra actriz (ya esta vez protagonizada por Mariana Hernández) lograr este tipo de eficiencia por parte de un grupo de personas novatas en la creación de contenido cinematográfico y de un grupo de actores que lo más cerca que han estado a una cámara, es lo que se ve en los monitores de seguridad de los centros comerciales… Es algo de resaltar.
Ya a las 12 de la noche, se grabó la última toma, la muerte de nuestros personajes. “¡CORTE! Genial listo. Esta es. Diego, venga miremos el clip”. Diego que en ese momento estaba haciendo parte del grupo personajes que matan a Jaider, se para del suelo a revisar el material, aprobando con una sonrisa y un gesto del pulgar arriba.

LA EDICIÓN
Una vez contábamos con el material, solo nos quedaba el siguiente día y la noche hasta las 12 para entregar el cortometraje a los realizadores del evento. Tras un largo día de montaje, Diego y yo estábamos en casa revisando por última vez, antes de montar a la cola de procesamiento, y una vez visto el resultado final, fue algo inesperado… Personalmente, sentí que era un historia bastante fuerte, que no tenía el temor de contar lo crudo que puede la vida y el amor llegar a ser. Ambos nos miramos con cara de “Wow, esto está profundo y perturbador”. Miramos la hora y ya habían pasado 45 minutos después de la hora de entrega. No quedaba más que exportar, y subir a la nube el video final y el póster, que con mucho cariño nuestros amigos de BERKANA nos proporcionaron.
Pasados los días, recibimos el correo del concurso diciendo que nuestro cortometraje había sido recibido satisfactoriamente, pero que no era lo que se quería mostrar para esta edición del festival. Más que sentir tristeza por lo que sucedió, Diego y yo, nos sentimos tranquilos de lograr lo que hicimos en tan poco tiempo y con la inexperiencia que teníamos en el campo. El haber socializado con todos nuestros conocidos el cortometraje nos trae algunos matices que nunca contemplamos y conjeturas que nada que ver con la idea original. Fue ahí donde sentimos lo lindo del arte, lo que nuestra mente puede llegar a generar en otras personas.